GRUPO 6
Educar a través de la belleza urbana
Chicago como capital cultural a principios del Siglo xx

Palabras claves: “Ciudad Modelo” “Orden urbano” “progreso industrial” “Espacio publico educativo”
ABSTRACT:
En esta investigación se abordará el movimiento “City Beautiful”, que se planteará para desarrollar como modelo urbano en la ciudad de Chicago a principios del siglo XX, a lo cual nos enfocaremos en los problemas que traen consigo un contexto de caos industrial, como el crecimiento desordenado, la contaminación y la falta de planificación. La propuesta buscaba generar un orden urbano y una imagen ideal, mediante calles amplias, plazas, parques y edificios públicos, con fines pedagógicos a través de la belleza urbana hacia los ciudadanos de Chicago.
Además, el “City Beautiful” tenía un objetivo pedagógico, ya que se pensaba que la belleza de los espacios públicos podía enseñar a los ciudadanos valores como el civismo, la responsabilidad y el orgullo por su entorno. Por eso, el trabajo se enfocará en cómo esta propuesta de ciudad modelo, combinando estética cívica y orden urbano, intentó mejorar la vida de los habitantes de Chicago y transformar la ciudad en un ejemplo de progreso y armonía.
INDICE
1. Introducción – Chicago en el siglo XX
Contexto histórico y urbano de Chicago durante su expansión industrial, marcada por el caos, la congestión y la falta de planificación, que dieron origen a la necesidad de una reforma urbana.
1.1 Ciudad industrial
Chicago se había convertido en símbolo del caos de la ciudad industrial: crecimiento desbordado, hacinamiento, contaminación y una infraestructura incapaz de sostener a la población
1.2 Las problemáticas de la ciudad industrial: Sobrepoblación
.."El crecimiento sin forma de la ciudad no es ni económico ni satisfactorio; y que la superpoblación y la congestión del tráfico paralizan las funciones vitales de la ciudad"... Charles Moore - 1909 - pág. 179
2. Movimiento City Beautiful
Entre el caos, surge una idea: ordenar la ciudad a través de la belleza. El movimiento propuso que la estética podía educar y mejorar la vida pública.
2.1 ¿Qué es la belleza?
La belleza se entendía no solo como una cuestión estética, sino como una herramienta moral y social. En el espacio urbano, lo bello era aquello que generaba orden, armonía y sentido colectivo. Para los reformadores, una ciudad bella educaba: inspiraba respeto, civismo y orgullo común.
2.2 Objetivo
Convertir el desorden industrial en armonía y belleza urbana, combinando planificación, estética y valores cívicos.
2.1 Ciudad modelo
Una ciudad ideal con avenidas amplias, parques, monumentos y equilibrio visual, un modelo donde la forma enseñaba orden y pertenencia.
3. Plan de Chicago (1909)
El plan de Daniel H. Burnham y Edward H. Bennett llevó las ideas del City Beautiful al territorio. Buscó integrar funcionalidad y belleza, haciendo una nueva visión para la ciudad.
3.1 Contexto y autores del plan
Impulsado por el Commercial Club, el plan fue más que una propuesta técnica: fue un manifiesto social y cultural sobre cómo debía vivirse la ciudad moderna.
3.2 Categorías del plan
El plan se organizó en categorías que unían paisaje, movilidad y espacio público en un mismo sistema coherente.
3.3 Espacios públicos
Parques, plazas y bulevares pensados como pulmones urbanos, espacios de encuentro y educación social.
3.4 Espacios cívicos
“Las estructuras cívicas pueden y deben ser diseñadas como activos comunitarios, con el poder de inspirar el orgullo cívico y el espíritu comunitario.”
(William H. Wilson, 1910)
3.5 Calles y avenidas
Trazados diagonales y avenidas monumentales que buscaban unir belleza, orden y fluidez urbana.
4. Conclusión
5. Bibliografía
1. Introducción: Chicago en el siglo xx:
Se observa en la ciudad un crecimiento caótico e incontrolado, ya que fue sin planeación, problemas severos de infraestructura, congestión de tráfico, insuficiencia de espacios públicos y un notable deterioro en las condiciones de salud y vida urbana. En 1830 tenía apenas 350 habitantes. Para 1900, ya superaba los 1,7 millones. Era el nodo central del sistema ferroviario estadounidense, también era un centro financiero y comercial con fuerte crecimiento de edificios de oficinas. Sin embargo, ese auge económico no se distribuía equitativamente.
Los barrios obreros vivían en condiciones duras y con escasa presencia del Estado, en cambio las elites industriales y empresariales, concentradas en el centro y en los barrios del norte, comenzaron a ver el desorden urbano como una amenaza para la productividad, la higiene y la imagen de la ciudad.
1.1 Ciudad industrial:
“...Los hombres están cada vez más convencidos de que el crecimiento desigual de la ciudad no es económico ni satisfactorio; y que el hacinamiento y la congestión del tráfico paralizan las funciones vitales de la ciudad..." Charles Moore - 1909 - pág. 1
El problema de Chicago como ciudad industrial antes y durante la implementación del Plan de Chicago se centró principalmente en el caos, la congestión del tráfico, la infraestructura inadecuada, el deterioro del entorno urbano y la amenaza a la salud pública, condiciones que obstaculizaban su prosperidad comercial y la calidad de vida de sus habitantes
La sobrepoblación y la congestión del tráfico paralizan las funciones vitales de la ciudad. Las condiciones en las áreas comerciales se estaban volviendo "intolerables y absolutamente imposibles. La congestión en las calles urbanas resultaba en un desperdicio de tiempo, fuerza y dinero. El desarrollo industrial también generó condiciones deplorables de salubridad que amenazaban la eficiencia de la fuerza laboral.
Chicago se había convertido en una ciudad productiva pero con un espacio publico subordinado a las actividades/necesidades económicas.
1.2 Sobrepoblación:
Chicago experimentó un crecimiento vertiginoso en la segunda mitad del siglo XIX, su población pasó de 30,000 a dos millones de personas. Este rápido crecimiento se consideraba una tendencia mundial de congregación humana en las ciudades modernas.El crecimiento fue tan rápido que resultó imposible planificar la disposición económica de la gran afluencia de personas. Las proyecciones a principios del siglo XX indicaban que el crecimiento continuaría de manera exponencial. Se anticipaba que en 50 años, cuando los niños de ese momento estuvieran en la cúspide de su poder, Chicago sería más grande que la Londres actual, es decir, más grande que cualquier ciudad existente en ese momento. Algunos análisis, como el de Bion J. Arnold, estimaban que la población para 1952 podría alcanzar los 13,250,000 si las condiciones locales y nacionales seguían las tendencias pasadas.
La sobrepoblación se manifestó de manera crítica en la parálisis de las funciones vitales de la ciudad, afectando directamente su prosperidad comercial, debido al trafíco intolerable, la aglomeración de gente en el centro de la ciudad, La afluencia masiva de personas, muchas de ellas de diferentes nacionalidades y sin tradiciones comunes de vida, llevó a un hacinamiento peligroso y a un grave déficit de áreas verdes y parques, esenciales para la salud pública.
La población estaba hacinada en pequeños espacios, viviendo en barracas que nunca fueron dignas y que se han vuelto rápidamente miserables. La densidad de población más allá de cierto punto resultaba en desorden, vicio y enfermedad, convirtiéndose en la mayor amenaza para el bienestar de la ciudad.

DIBUJO A VUELO DE PÁJARO DE CHICAGO EN 1860: UNA CIUDAD TODAVÍA PLANA

Se puede ver en la imagen el colapso de las calles en Chicago debido al crecimiento vertiginoso y se puede apreciar rapidamente como el momento inviable que atravesaba la ciudad y lo necesario que era un plan urbano para el crecimieno de una ciudad.

2. Movimiento “City Beautiful”
En 1893 se hizo en Chicago la Exposición Colombina Mundial, una feria internacional para celebrar los 400 años del “descubrimiento de América”, en donde se construyó una ciudad planificada, con ejes simétricos, avenidas amplias, espacios públicos jerarquizados, lagos artificiales y una iluminación eléctrica, aportando un toque mas moderno a la “ciudad”. Poseían una arquitectura neoclásica, con columnas, cúpulas y frisos, donde los edificios eran blancos fortaleciendo esa idea de pureza en la ciudad, todo esto bajo el nombre de la “White City”, que se enfocaba en la idea del color blanco como simbolo de orden, limpieza, el progreso y virtud cívica. También mostraba cómo la planificación racional y la belleza arquitectónica podían transformar el entorno social, todo en base a una especie de “utopía construida”, de cómo podría ser la ciudad moderna si se pensaba de manera integral.
Los valores de la White City dejaron marcado una huella en el comportamiento y pensamiento de los ciudadanos, y es por ese motivo que como una respuesta al gran caos urbano originado por la industrialización, las migraciones y el crecimiento desordenado de las ciudades, las calles sucias, sumado a que había demasiadas personas y la escasez de espacios verdes, Daniel Burham, diseñador urbano estadounidense, defensor del movimiento Beaux-Arts y director de la exposición colomnina mundial, junto a otros arquitectos, que creían que la belleza urbana podría convertirse en una herramienta que mejore la calidad de vida de los habitantes, idearon La City Beautiful Movement que fue un movimiento de reforma urbana que surgió directamente de la experiencia de la White City, bajo el lema “La belleza como instrumento de orden social y moral.”
Después, el movimiento tuvo gran impacto principalmente en tres ciudades de Estados Unidos, Chicago, Detroit y Washington D. C. y más tarde se expandió por otros estados norteamericanos.
Se cree que el nombre “City Beautiful” no fue un nombre asignado por los arquitectos y urbanistas que dieron origen al movimiento, sino que fue llamado asi por los discursos de la época generados por la intención que existía de embellecer la ciudad como medio para civilizarla.
Chicago en 1909: el ritmo frenético de una metrópoli moderna.
El contexto que dio origen al movimiento, espacios donde abunda el desorden urbano, la gran densidad poblacional y la escasez de espacios verdes que sufrían estas ciudades en ese momento.
2.1 ¿Que es la belleza?
Para el movimiento lo bello es un concepto fundamental que iba mucho más allá de la mera estética o el adorno superficial, era vista como un requisito práctico, moral y económico indispensable para el progreso de la ciudad moderna. La belleza se manifestaba en un orden urbano que reflejaba la dignidad y el poder de la civilización, se concebía a la belleza a través de la agrupación impresionante de edificios públicos y la relación recíproca entre tales grupos. La belleza dependía de la armonía, el buen orden, de la unidad y coherencia de la composición en su conjunto.
El plan asegurara la unidad y la dignidad de la ciudad, eso generaría un gran ahorro, ya que los proyectos improvisados resultaban en extravagancia y despilfarro
Los modelos de esta belleza no salieron de la nada sino de la referencia del pasado, la elegancia de la Atenas de Pericles, la magnificencia de Roma y especialmente París, que había alcanzado el más alto nivel de desarrollo cívico a través de un plan bien ideado.
2.2 Objetivo
"Las ciudades que realmente ejercen dominio gobiernan en razón de su atractivo a las emociones más elevadas de la mente humana." Smith, 2006, pág. 99
El movimiento City Beautiful buscaba transformar las ciudades caóticas de la industrialización en lugares más ordenados, limpios y armoniosos, donde la planificación urbana influyera positivamente en la vida de los habitantes. La idea principal era que la belleza del entorno transmitiera valores como el orgullo por la ciudad, el respeto por los espacios públicos y la convivencia entre los habitantes.
Esto lo lograrían a través de la creación de parques, plazas, avenidas amplias y edificios públicos que funcionaban como espacios pedagógicos, enseñando a los ciudadanos a valorar el orden y la disciplina. La influencia de modelos europeos, especialmente la tradición clásica y el urbanismo Beaux-Arts, reforzó esta visión simétrica y monumental, pero adaptada al contexto estadounidense.
Además, estos espacios buscaban combinar estética y función, mostrando que un entorno bien diseñado podía mejorar la calidad de vida y fortalecer la identidad cívica. Vivir rodeado de armonía y simetría no solo generaba satisfacción visual, sino que también inspiraba conductas más responsables y conscientes.
Para el City Beautiful, la belleza era mucho más que algo estético, era un instrumento de transformación social, capaz de mejorar la calidad de vida, inspirar orgullo, fomentar el civismo y enseñar valores a través de la misma arquitectura y planificación urbana.
Exposición mundial Colombina en el año 1893
En esta imagen se puede observar el modelo ordenado y armónico que los reformadores proponían a través de un sitio donde haya espacios verdes, predomine la belleza y existan obras monumentales como herramienta para mejorar la vida urbana y fomentar un espíritu cívico en la población, generando un contraste con la falta de planificación propias de las ciudades industriales de fines del siglo XIX.
2.3 Ciudad modelo
El movimiento City Beautiful representaba una visión urbana ideal, en donde la estética creaba un espacio armónico y educativo. Estas ciudades debían ser ordenadas, simétricas y visualmente atractivas, con calles y avenidas amplias, parques extensos, plazas centrales y edificios públicos monumentales, como por ejemplo las bibliotecas.
La Exposición de Chicago de 1893 fue el primer gran ejemplo material de esta filosofía urbana, presentando la llamada Ciudad Blanca, donde la monumentalidad clásica, la simetría y la limpieza visual mostraban una ciudad ideal.
En una ciudad modelo, los espacios públicos tenían un rol fundamental. Los parques estaban diseñados como áreas de recreación y contacto con la naturaleza; las plazas como lugares de encuentro y socialización; y los edificios públicos, como por ejemplo bibliotecas, eran espacios que simbolizaban educación y cultura.
El movimiento City Beautiful no solo tenía como objetivo el orden urbano, sino que también tenía un enfoque social, formando ciudadanos conscientes y responsables, capaces de cuidar su entorno y participar activamente en la vida colectiva de la ciudad.
Más adelante, esta visión fue aplicada en el Plan de Chicago donde el City Beautiful se consolidó no solo como un proyecto estético, sino también como una estrategia para formar ciudadanos responsables, conscientes de su entorno y orgullosos de su ciudad.
“...La belleza no es un lujo, sino una necesidad fundamental de la naturaleza humana, tan fuerte que los ciudadanos y visitantes buscarán activamente la ciudad que la ofrezca...” Charles Moore - 1909 - pág. 30

3. Plan de Chicago (1909)
Elaborado por Daniel H. Burnham y Edward H. Bennett, representa uno de los momentos más significativos en la historia del urbanismo moderno. A través de él, se buscó reorganizar la ciudad bajo principios de orden, belleza y civismo, expresando una nueva forma de pensar la relación entre espacio y sociedad.
Más que una respuesta técnica a los problemas urbanos, el Plan fue una declaración moral y cultural. Burnham entendía que el diseño de la ciudad debía reflejar los valores de su comunidad, y que el entorno construido podía influir en la conducta y el espíritu de los ciudadanos. Como él mismo afirmó: “Make no little plans; they have no magic to stir men’s blood” (“No hagas planes pequeños; no tienen magia para conmover a los hombres”). Esta frase sintetiza su visión del urbanismo como una empresa ambiciosa y con sentido social.
El Plan fue impulsado por el Commercial Club of Chicago, una asociación de empresarios que buscaba proyectar una imagen de progreso y modernidad. Sin embargo, Burnham no se limitó a pensar en términos económicos y veía en la planificación una herramienta para educar cívicamente. Según sus propias palabras, “Art and architecture are the visible expression of a nation’s life” (“El arte y la arquitectura son la expresión visible de la vida de una nación”).
El proyecto incorporó ideas que luego serían centrales en el urbanismo del siglo XX: la organización jerárquica de las calles, la conexión de parques y espacios públicos, y una mirada regional que entendía la ciudad como parte de un sistema mayor. Pero su principal aporte fue haber integrado la dimensión técnica con una dimensión simbólica, donde el orden visual representaba el orden moral de la sociedad.
El Plan marcó un antes y un después. Su influencia se extendió más allá de Chicago, instalando la idea de que el urbanismo podía ser un medio de transformación social. Burnham sostenía: “The future of the city depends on the character of its citizens” (“El futuro de la ciudad depende del carácter de sus ciudadanos”), y entendía que el carácter se forma en la vida común que las calles y plazas posibilitan.
Centro cívico monumental proyectado por Burnham y Bennett, núcleo simbólico del Plan.

3.1 Contexto del plan
Surgió en un momento de crecimiento desordenado y de fuertes tensiones urbanas. Frente a la falta de coordinación institucional, el Commercial Club decidió financiar un proyecto integral que diera una dirección clara al desarrollo de la ciudad. Para ello convocó a Daniel H. Burnham, reconocido por su trabajo en la Exposición Colombina de 1893, quien ya tenía experiencia en pensar el urbanismo como una expresión cívica.
Burnham abordó el encargo con una visión amplia: creía que la planificación debía resolver problemas prácticos, pero también elevar la vida moral y social de los habitantes. Decía: “The plan of a city is the expression of its spirit” (“El plan de una ciudad es la expresión de su espíritu”).
El Plan fue publicado en 1909 acompañado de una campaña educativa sin precedentes donde se distribuyeron ejemplares en escuelas, bibliotecas y clubes vecinales, buscando que los ciudadanos comprendieran el valor del diseño urbano y su relación con la vida pública. Este enfoque demuestra que el proyecto no solo buscaba transformar la estructura física, sino también promover una nueva cultura urbana basada en el civismo y el orgullo local.
El Plan también respondía al desorden visual y funcional de la ciudad industrial, proponiendo una reorganización monumental que uniera la eficiencia con la belleza. Esta idea retomaba los principios del City Beautiful Movement, aunque aplicada a una escala metropolitana.
Uno de sus aportes más duraderos fue la recuperación del frente costero del lago Michigan como espacio público. Burnham afirmaba: “The lakefront by right belongs to the people” (“El lago, por derecho, pertenece al pueblo”), sintetizando la dimensión democrática que su propuesta buscaba dar al espacio urbano.
3.2 Las categorías del Plan de Chicago
El Plan de Chicago fue concebido como una visión total de la ciudad, más que como un conjunto de obras puntuales. se busco dar forma a un sistema coherente en el que cada parte de la ciudad como las calles, los parques, el frente costero o los edificios cívicos, se relacionara dentro de una misma lógica de orden y armonía.
De esta manera, el Plan se organiza en torno a 6 categorías que permiten entender la ciudad desde diferentes escalas y funciones. Cada una aborda un aspecto clave del funcionamiento urbano, pero todas comparten una misma intención de combinar la eficiencia técnica con la belleza pública y el sentido social del espacio. Se abordaran 3 primero y luego otras 3 como subtemas del trabajo entendiendo las distintas jerarquías de cada categoría.
1. Frente costero y puerto.
El plan concibe el borde del lago como una pieza central del paisaje urbano. Se prevé la organización de muelles, áreas recreativas y zonas industriales separadas, buscando armonizar el uso productivo y el disfrute estético del litoral. Esta articulación entre lo funcional y lo paisajístico demuestra la ambición de Burnham por integrar la naturaleza al desarrollo urbano, otorgando al agua un papel protagonista en la identidad de la ciudad.
2. Terminales ferroviarias y transporte.
Burnham y Bennett proponen la reconfiguración de las estaciones y líneas ferroviarias para articular la movilidad interna y regional. El objetivo es consolidar un sistema integrado que vincule el centro con los barrios y con otras ciudades del entorno. El transporte se entiende aquí como un factor estructurante del crecimiento, capaz de conectar la escala metropolitana con la vida cotidiana de los habitantes.
3. Expansión y planificación regional.
Finalmente, el plan trasciende los límites de la ciudad para abordar su crecimiento metropolitano. Se propone una expansión ordenada, basada en la coordinación de nuevas áreas residenciales, espacios verdes y redes de transporte, anticipando la planificación regional moderna. Esta mirada amplia introduce un enfoque pionero: la ciudad como parte de un sistema territorial mayor, en el que la planificación debía orientar tanto la forma física como la vida social de la región.

Publicación original del Plan de Chicago, distribuida como material educativo.


3.3 ESPACIOS PUBLICOS
Dentro del Plan de Chicago, la categoría de espacios públicos, ocupó un papel fundamental como respuesta a la vida urbana moderna. Ya que frente a la densidad, el crecimiento industrial, la contaminación y la falta de aire libre, los espacios verdes debían funcionar como pulmones dentro del tejido urbano. No se trataba solo de decorar la ciudad, sino de ofrecer lugares donde las personas pudieran descansar, recrearse y reconectarse con el entorno natural.
Estos espacios cumplían una función sanitaria, al ofrecer aire limpio y espacios para el descanso físico y mental en una ciudad congestionada. Por otro lado, una función social, ya que se buscaba crear lugares de encuentro y convivencia entre distintos sectores de la población “Los reformadores subrayaban que el acceso conveniente a parques y plazas de juegos era especialmente importante para los trabajadores y sus hijos, quienes vivían vidas restringidas, tanto física como imaginativamente, en la dura y interminable cuadrícula urbana.” (Smith, 2006, pág. 25). También tenían una función cívica y estética, formando parte del ideal de la City Beautiful, que buscaba elevar la vida urbana a través del orden, la armonía y la belleza de los espacios públicos.
El plan propuso una red continua de parques, bulevares y espacios costeros, integrados entre sí y vinculados con el sistema de transporte. De esta manera, los parques no quedaban aislados, sino que formaban parte activa de la estructura de la ciudad.
Su ubicación respondía a una lógica precisa. El frente del Lago Michigan fue concebido como la gran fachada pública de Chicago “El Plan de Chicago proponía transformar el frente costero de la ciudad, mediante rellenos y paisajismo, en un parque público continuo y espectacular que permitiera a un mayor número de personas disfrutar del recurso natural más impresionante de la ciudad” (Smith, 2006, pág. 141), Burnham entendía el frente costero no como un límite, sino como una prolongación del espacio cívico. A su vez, se proyectó un sistema de parques exteriores que rodeara la ciudad, conectado por bulevares arbolados. Dentro de los barrios más densos, se propusieron parques menores y plazas que aportaran ventilación y espacios de recreación cotidiana.
“...Quien habitualmente entra en estrecho contacto con la naturaleza desarrolla métodos de pensamiento más sanos que los que pueden tener aquellos que habitualmente están encerrados dentro de los muros de una ciudad...” Charles Moore - 1909 - pág. 53

Sistema propuesto de parques, bulevares y frente costero
3.4 ESPACIOS CÍVICOS
En el Plan de Chicago los espacios cívicos (ejes monumentales, edificios públicos y centros administrativos) no eran simples elementos de embellecimiento, sino instrumentos para educar a la población en los valores del orden, la disciplina y la vida colectiva. La idea de Burnham era que el entorno urbano debía reflejar la grandeza moral de la ciudad y servir como medio pedagógico para la ciudadanía moderna.
“Este noble paisaje urbano se vería realzado por una magnífica arquitectura pública, preferiblemente de estilo neoclásico, que incluiría, de ser posible, un imponente centro cívico. Así como un entorno urbano deficiente saca a relucir lo peor de quienes se ven obligados a habitarlo, uno grandioso que exprese los valores de la civilización y el orden inculcaría estos ideales y, por ende, propiciaría lo mejor de cada uno. Un entorno así también inspiraría un sentido de comunidad entre la heterogénea población de la ciudad. Esto, a su vez, reduciría el conflicto social e incrementaría la productividad económica...”(Smith, 2006, pág. 15)
Por eso, la belleza se materializaba físicamente en el espacio urbano, a través de orden, simetría, monumentalidad y armonía, tal como se podía observar en la arquitectura neoclásica.
Se iniciaron dos grupos arquitectónicos principales para manifestar esta dignidad cívica :
El Centro Cívico (administrativo) y la agrupación en Grant Park (cultural e intelectual).
EL CENTRO CIVICO:
El corazón del sistema cívico era el Centro cívico, el cual funcionaría como el eje de toda la organización metropolitana, y según el autor Smith, era comparable sobre Chicago a la Acrópolis sobre Atenas, sería “la encarnación misma de la vida cívica” (Smith, 2006, pág. 141)
La elección de la ubicación no fue arbitraria. Burnham y Bennett entendían la centralidad física como una manifestación de la centralidad moral de la vida pública.
El centro estaba acentuado por el Palacio Cívico, el cual iba a ser destinado a ser el centro del gobierno, con una arquitectura monumental, coronado por una enorme cúpula ( más alta que cualquier edificio de la época) y elementos griegos, simbolizando el poder y la unidad del gobierno cívico.
Los edificios circundantes, que iban a ser destinados a la administración pública, estaban dispuestos de manera ordenada, se concebían con fachadas de ritmo regular, columnas griegas, y amplios pórticos de acceso, evocando los templos clásicos.
El Centro Cívico sintetiza los ideales de la City Beautiful al traducir la belleza en una forma tangible de orden moral y cohesión social. A través del lenguaje neoclásico (simetría, monumentalidad, proporción y jerarquía) Burnham concibió la arquitectura como un instrumento de educación cívica y afirmación colectiva. Así, la estética no era un fin decorativo, sino un medio para construir ciudadanía, expresar el poder público y consolidar una identidad urbana unificada.
INSTITUTO DE ARTE DE CHICAGO (Beaux-Arts, 1893)
Se caracteriza por una fachada completamente simétrica y una gran escalinata central que conduce al ingreso principal. Este tipo de acceso elevado es típico de los edificios clásicos.
En la entrada se encuentra un pórtico con columnas dóricas, que simbolizan firmeza y equilibrio. A esto se suma la organización en proporciones regulares y el uso de líneas horizontales marcadas por cornisas, que reflejan el orden y la estabilidad típicos del neoclasicismo.
MUSEO FIELD DE HISTORIA NATURAL (1893)
Está inspirado en los templos griegos, con una gran escalinata frontal, un pórtico de columnas corintias y un frontón triangular en la parte superior. La simetría domina toda la composición, cada elemento se repite de manera equilibrada a ambos lados del eje central. Los muros lisos y el uso del mármol blanco refuerzan la pureza visual y el carácter monumental del edificio.

Perspectiva del Centro civico y su eje radial




3.4 Trazados
Las calles ocupan un papel central dentro de la visión de Daniel Burnham y Edward Bennett para reorganizar la ciudad, las calles principales de Chicago seguían un patrón de cuadrícula, y los tranvías recorrían estas arterias junto con diagonales que conectaban distintos puntos de la ciudad. Sin embargo, el centro estaba saturado: las vías eran estrechas, el tráfico se mezclaba con peatones, caballos, carros y tranvías eléctricos, y muchas avenidas no podían soportar el volumen de circulación.
Burnham propuso entonces, abrir amplias diagonales que conectaran el centro con los barrios exteriores, rompiendo la monotonía de la cuadrícula, estas diagonales, inspiradas en París, permitirían desplazamientos directos y crearían perspectivas visuales hacia edificios y monumentos, tambien para evitar que todo el tráfico se congestione en el centro, se planearon avenidas circulares que distribuyeran el movimiento y conectaran los diferentes barrios periféricos. Sumado a un diseño urbanistico que opto mas por la busqueda de incluir la naturaleza y las visuales, desenvoco en que las calles más importantes del centro como la “Michigan Avenue” debían ensancharse y convertirse en bulevares monumentales con aceras amplias y arboledas.
Ilustracion de la propuesta de la Michigan Avenue
Para Burnham, las calles no eran solo infraestructuras, eran espacios de elevación moral, donde creía que una ciudad ordenada y bella fomentaría un comportamiento más civilizado y digno entre sus habitantes, de ese pensamiento planteo las calles principales como escenarios simbolicos, donde las avenidas monumentales expresarían el poder y la grandeza de Chicago, los bulevares arbolados ofrecerían una transición armoniosa entre el entorno comercial y los barrios residenciales. Por ulitimo las plazas en las intersecciones diagonales actuarían como nodos de encuentro, con fuentes o estatuas que reforzaran el sentido cívico.
En la visión estética de Burnham y Bennett, la calle debía ser una obra de arte colectiva, donde la arquitectura, el trazado y el paisaje se integraran como un todo, por eso propuesieron reorganizar las calles de Chicago, como un sistema integral, que unía el centro, los parques y los suburbios en uno, que por ejemplo eran un eje monumental de este-oeste a lo largo que conectara el futuro Centro Cívico con el lago, como la rectificación del río Chicago y la construcción de nuevos puentes y túneles garantizarían la continuidad vial entre las orillasy que los bulevares exteriores unirían los parques del norte, oeste y sur, formando un cinturón verde conectado por avenidas arboladas


Intersección de las tres ramas del río Chicago
Belleza a través del orden y la unificación
“...Considerando que Chicago es, ante todo, una ciudad comercial se debe prestar atención a la eliminación de obstáculos que obstaculizan su circulación y oportunidades. En ordenque una ciudad pueda crecer en importancia y entre los diversos instrumentos los habitantes crecen en desarrollo mental y material. Diseñado para lograr este resultado, un desarrollo, debe mantener su dignidad, el plan para una ciudad bien ordenada y conveniente es que debe volverse hermosa y majestuosa...” PATTISON - 1910 - pág. 180El Plan buscaba transformar el entorno urbano en un sistema más bello, armonioso y eficiente, debido al crecimiento caotico de Chicago era indispensable una estrategia coherente para crear una ciudad bien ordenada y conveniente.La referencia más fuerte para el diseño de calles era París, cuyo elegante orden se consideraba el estándar para la urbanidad civilizada. La planificación de París, especialmente bajo Georges-Eugène Haussmann, demostró que una ciudad podía crecer según un plan "bien ideado, simétrico y bien desarrollado", siendo abierta a la luz y al aire, y adecuada para un centro comercial moderno.La base del diseño era corregir la cuadrícula rectangular existente (propia de la tradición americana), añadiendo un sistema de círculos y radiaciones (calles diagonales y circuitos). El Plan reconoció que ninguna ciudad rectangular es perfecta sin calles diagonales. Esta inclusión de avenidas diagonales.

Plano del sistema completo de circulación vial; estaciones de ferrocarril; parques, circuitos de bulevares y arterias radiales
4. Conclusión
Luego de la investigación realizada se entendio como el plan de Chicago logró instaurar una nueva forma de pensar la ciudad, más organizada, monumental, cohesionada y su ambición de “educar a la población a través de la belleza”, donde transformó la imagen urbana y sentó las bases del urbanismo moderno. En este caso la belleza se observa convertida en símbolo de progreso, el plan dejó una huella duradera, reveló que la ciudad puede ser una herramienta pedagógica, capaz de modelar conductas y valores colectivos. La huella que dejo fue la institucionalización de la planificación como una operación continua, elevando la planificación urbana a una profesión y exigiendo una visión cívica que actuara sobre la totalidad de la metrópoli en extensión. El Plan no solo se concibió para remediar los problemas actuales, sino para anticipar las necesidades del futuro, demostrando que una planificación de gran alcance generaba ahorro al evitar proyectos improvisados que resultaban en extravagancia y despilfarro.
En última instancia, el Plan de Chicago, ante la problematica de un crecimiento caótico y desregulado, mostró como una búsqueda de orden y belleza urbana puede crear un instrumento eficiente para la vida, capaz de infundir en sus habitantes la disciplina, la moralidad y un sentido de comunidad al apelar a las emociones más elevadas de la mente humana.
5. Bibliografía
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